domingo, 4 de septiembre de 2011

1+1 = Tú sobras.


Al principio de una relación todo es perfecto y de color de rosa, nos introducimos en una vida de pareja que, si sabemos compaginar con éxito, no significará el fin de nuestra vida social. Si, "con suerte", conseguimos que ese sentimiento adormecedor continúe, seguramente habremos encontrado a la persona indicada, la persona de la que no nos separaremos en toda nuestra vida. Tanto es así que hay parejas que acaban dependiendo el uno del otro y rara vez los verás solos. Son las parejas a las que yo llamo "pack".
Son algo insufrible estas parejas "pack" y, cuando la mayoría de tus amistades se suman a esta peligrosa especie, estás condenado o bien a "sujeta-velas" o -como bien decía Bridget Jones- a mono de feria.
Y yo me pregunto, ¿acabarán los seres humanos emparejados caminando de dos en dos por las calles del mundo mirando de reojo a los solteros como si de unos cuantos leprosos se tratara? ¿Qué pasa con los solteros, los indecisos, los que tienen fobia al compromiso o simplemente no han encontrado todavía la mitad de naranja que mejor se adapte a ellos? ¿Debemos unirnos o morir? ¿Es tan difícil de pensar que algunos preferimos la aventura de una vida de soltero antes que la calma y tranquilidad de una vida en pareja?
La mala noticia, amigos míos, es que las parejas se juntan con otras parejas y, si tú no tienes a nadie con quien pasear cogido del brazo, no eres nadie. ¿Superficialidad? No, más bien estupidez o, quizás, un atisbo de compasión o buena fe hacia los solteros que no desean cenar con una pareja empalagosa que, en cinco minutos, sustituya todos los postres de una semana.
Siempre hay tiempo para una relación seria, por el momento, un servidor prefiere disfrutar cada segundo hasta que llegue el momento de unirse al clan "pack". Si llega.

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