miércoles, 31 de agosto de 2011

Donde hay humo...


Hay veces que nos encaprichamos de personas y cada gesto o mirada dirigida a nosotros nos da las esperanzas suficientes como para imaginarnos un futuro juntos. Esta situación puede derivar en dos acontecimientos bien diferentes. El primero, que la persona en cuestión simplemente pretendiese ser amable y el sentimiento no sea mutuo para nada. La segunda opción sería que todas esas "señales" que has percibido llevasen como premio una relación estable.
Pero, ¿quién es capaz de interceptar todas esas señales y acertar con su sentido oculto? Y, lo que sería más natural preguntarse, ¿por qué hay gente que, lejos de dar el primer paso, lanzan esas señales para que el receptor deba romper el hielo?
Yo, como otros tantos, he vivido alguna situación así, por eso sé de lo que os hablo y os doy este consejo que habréis escuchado en varias ocasiones: "Las cosas claras y el chocolate espeso"

miércoles, 10 de agosto de 2011

El sexo y el pueblo


Una relación de pareja, en mi opinión y, para que dure y no haya celos innecesarios, debería constar únicamente de 2 personas, claro que, cuando tienes 16/17 años la cosa cambia: tú no quieres privarte del lujo de un espíritu mormón y buscas relaciones abiertas, pero, ¿demuestra verdaderamente la poligamia que sientes algo por la otra persona?
Y así es la relación de unos amigos míos: abierta. Y yo me pregunto: si dejas que tu pareja se acueste con cualquiera que se lo ponga a tiro, aunque tú también puedas hacer lo mismo, ¿no sientes un poco de rabia o celos? ¿O frustración? Quiero decir, si habéis decidido ser pareja es porque hay un sentimiento mutuo, ¿no?
Pero, ¿por qué tener pareja tiene que implicar sentar la cabeza? Quizás debemos entender que cada persona nos ofrece algo distinto, aunque, ¿en qué momento se pasa de tener gustos distintos a dormir en camas separadas? Sólo me queda hacer una pregunta: para tener pareja, ¿hay que dejar atrás la vida de soltero?

domingo, 7 de agosto de 2011

Papá, mamá, os presento a...


Una relación tiene muchos momentos importantes: la primera cita, el primer beso, la primera experiencia sexual con el otro, el primer te quiero... Y entre miles y millones de relaciones nos levantamos algunos solitarios todos los días preguntándonos, ¿cuánto durarán esos dos?
Y esa, amigos, es una pregunta tan peliaguda que ni siquiera los propios aludidos podrían contestarla. Por eso, es difícil saber si la persona con la que se anda cogida de la mano como si todo lo demás no importase es la persona que seguirá ahí para siempre, o un simple peldaño que escalar.
Entonces, mi pregunta es, ¿cuándo se puede presentar a (o hablar de) tu pareja a tu familia y amigos menos allegados (los más allegados ya deberían saberlo, ¿no?)?
¿Sería después de la primera noche de sexo? ¿Después del primer te quiero? ¿Después del primer año? ¿En vuestra boda?
Amigos, el tiempo no es un buen aliado. Si os sentís bien y enamorados gritadlo a los cuatro vientos o no se lo digáis a nadie. Si no es algo efímero, acabará saliendo a la luz.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Los años y el saber


¿Os habéis enterado de la última moda? Seguro que sí, parece que se ha extendido como la peste en el siglo XIV.
Esta nueva pandemia de la que os hablo es un transtorno mental que se sucede en los pre-adolescentes y que les hace sentir la irrevocable necesidad de perder la virginidad como si existiese una fecha de caducidad, una fecha límite en la cual, o estás "desflorado" o no servirás para nada el resto de tu vida.
Sólo cabe preguntarse, ¿es esta la generación que queremos que salve nuestro futuro? Me refiero a los que ahora tienen 12-13 años y por presión de grupo (o por lo que sea) creen que el sexo es una actividad tan simple y tan poco valorada (o especial) como lavarse las manos.
Muchos de nosotros ya empezamos a notar que esta sociedad se venía abajo cuando, debajo de cada piedra, se escondía una manada de "canis", una raza que, al contrario de ocupar su correspondiente lugar en las listas de '"animales" (por calificarlos) en peligro de extinción', van sumando nuevos afiliados día a día.
¿Dónde irá a parar nuestra sociedad? ¿Seremos capaces de salvarla? Y, ¿aprenderán nuestras generaciones posteriores que el sexo no es un instrumento que pueda usarse para salir victorioso de según qué situaciones?
Aunque en esto último entra la opinión personal de cada uno, por supuesto.